▶️ Humano, demasiado humano representa un ataque contra contra las bases de la metafísica tradicional, que Nietzsche considera hostil a la vida, porque en ella hay una serie de ideas morales que nos dicen que tenemos que renunciar a la vida. En general, en este ensayo, Nietzsche habla de los filósofos en tercera persona, y se enfrenta a toda la tradición que le precede.
Todos los filósofos tienen el defecto común de partir del hombre actual y creer que con un análisis del mismo llegan a la meta. Involuntariamente »el hombre» se les antoja como una aeterna veritas, como algo invariable en medio de toda la vorágine, como una medida cierta de las cosas. Pero todo lo que el filósofo dice sobre el hombre no es en el fondo más que un testimonio sobre el hombre de un espacio temporal muy limitado. El pecado original de todos los filósofos es la falta de sentido histórico; no pocos toman incluso la configuración más reciente del hombre, tal como ha surgido bajo la impronta de determinadas religiones, aun de determinados acontecimientos políticos, como la forma fija de la que debe partirse. No quieren enterarse de que el hombre ha devenido; mientras que algunos de ellos llegan incluso a derivar el mundo entero de esta facultad cognoscitiva. Ahora bien, todo lo esencial de la evolución humana sucedió en tiempos remotos, mucho antes de esos cuatro mil años que nosotros más o menos conocemos; en éstos el hombre no puede haber cambiado mucho. Pero entonces el filósofo percibe en el hombre actual «instintos» y supone que éstos forman parte de los datos inalterables del hombre y pueden, por tanto, ofrecer una clave para la comprensión del mundo en general; toda la teleología está construida sobre el hecho de que se habla del hombre de los últimos cuatro milenios como de un hombre eterno al que todas las cosas del mundo están naturalmente orientadas desde un principio. Pero todo ha devenido; no hay datos eternos, lo mismo que no hay verdades absolutas. Por eso de ahora en adelante es necesario el filosofar histórico y con éste la virtud de la modestia.
Friedrich Nietzsche. Humano, demasiado humano I, 2.
▶️ El Crepúsculo de los ídolos es un ataque sistemático a la tradición metafísica iniciada por Descartes, que procede de Platón. Haciendo una crítica de los valores metafísicos, desmonta la tradición y propone una nueva manera de hacer filosofía. En primer lugar, contra una filosofía de la conciencia desde la construcción de una filosofía del lenguaje. Es decir, toma el lenguaje como centro; algo que es colectivo y que está allá antes de que tú seas un individuo o “una cosa que piensa”.
El lenguaje pertenece por razón de su origen a la época de la forma más rudimentaria de psicología: nos adentramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos conciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho claramente: de la razón. En todo lugar se ve un agente y una acción: se cree en la voluntad como causa general; se cree en el «yo», en el yo como ser, en el yo como sustancia, y se proyecta la creencia en la sustancia del yo sobre todas las cosas (…) Y en la India y en Grecia se incurrió en el mismo error: «¡debemos proceder de un mundo superior (—y no de un mundo muy inferior: ¡lo cual habría sido la verdad!—), debemos ser divinos, pues poseemos la razón!» (…) La «razón» en el lenguaje: ¡ay! ¡qué vieja mujer tramposa! Me temo que no nos desharemos de Dios porque aún creemos en la gramática…
Friedrich Nietzsche. “La razón en la filosofía”. El crepúsculo de los ídolos, 5.
Buenísimo!!! Pensamiento, Naturaleza y Ciencia sin sesgo creo que es lo que nos hará avanzar. 👌